Doña Bely y la expansión de Río Piedras

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Andrés Fortuño Ramírez

La que aparece en la fotografía es María Isabel Fortuño Noguera de García Ubarri, mejor conocida como doña Bely. En términos genealógicos, doña Bely es mi “first cousin thriced removed», mi prima hermana-bisabuela, o en español más claro, la hija de mi tío-tatarabuelo. Su padre, Jaime Fortuño Ferrús, fue un médico cirujano catalán que se estableció en Cayey.  Su madre fue doña Eduviges Noguera López. Doña Bely se casó con Ángel García Ubarrí, sobrino-nieto del empresario Pablo Ubarri Capetillo.

Don Pablo fue un ingeniero que llegó a la isla de un municipio llamado Santurtzi en la provincia de Vizcaya al norte de España.  Según muchos, fue el Rockefeller de Puerto Rico. Era uno de los hombres más ricos de su época en la isla y se encargó de revitalizar las economías de Santurce y Río Piedras. En parte, construyendo vías de ferrocarril que corrían desde San Juan a Río Piedras a través de la avenida Ponce de León.

Su desempeño en la isla le ganó que la corona española le otorgara el título de conde de San José de Santurce, razón por la que esta ciudad sanjuanera lleva ese último nombre. Estas mejoras en comunicación y transporte motivaron a que muchas familias exploraran el vivir fuera del casco sanjuanero. En especial en Río Piedras que comenzaba a desarrollarse como un fantástico centro urbano.

Contrario a la expansión de Santurce, en la que se desplazaron muchas de las familias originales que vivían en los barrios que hoy conocemos como Miramar, Ocean Park y Punta las Marías para la construcción de viviendas más lujosas, Río Piedras ofrecía terrenos abiertos mayormente poblados por casas de veraneo, haciendas y fincas de cultivo. Don Pablo Ubarri estaba claro de su potencial y decidió sacarle provecho.

El esposo de doña Bely,  Ángel García Ubarri, fue hijo de Eloy García Pla y Asunción Ubarri Casals. Al casarse, don Angel y doña Bely recibieron como regalo cuatro cuerdas de terreno en el centro urbano de Río Piedras. En estos predios hoy se encuentra la antigua urbanización García Ubarri. Algunos de sus hijos se establecieron en las casas de estilo español que se construyeron en aquella zona, en especial en la calle Las Delicias. Entre estos don Ángel y doña Bely.

Según hemos leído en artículos de la Federación de Equinos de Paso Fino, don Jaime Fortuño Ferrús, padre de doña Bely, don Baltasar Fortuño Ferrús, tío de doña Bely, y don Pablo Ubarri Capetillo, tio-abuelo de don Ángel, criaban y competían amistosamente con caballos de paso de viaje. Esto es lo que hoy se conoce como caballos de paso fino. Tal vez fue en una de estas competencias en que doña Bely y don Ángel se echaron el ojo por primera vez. Nada más pintoresco que pensar que se enamoraron en las carreras de caballos. Don Ángel se hizo médico, se casó con doña Bely y tuvieron cinco hijos: Manuel, Isabel, Rafael, Judith y Maria Magdalena (Maggie).

Desgraciadamente doña Bely murió tras desarrollársele un cancer en la garganta, tendría unos 46 años de edad. Cuando murió, aún sus hijos eran muy jóvenes, Magdalena Sofía solo tenía nueve años. En 1935 don Ángel aún aparece viviendo en la calle Las Delicias igual que sus hermanos y algunos de sus primos. Una de mis primas y yo pensamos que a esa calle le debieron haber cambiado el nombre, ya que no la hemos encontrado en los mapas actuales. Más que una posibilidad, ahora estamos seguros.

Uno de los nietos de doña Bely y don Ángel me contactó luego de leer este escrito, y me envió una fotografía del plano original de la urbanización García Ubarri. Según me cuenta, su abuelo Ángel y su bisabuelo Eloy, segregaron la finca para la creación de la urbanización. También donaron terrenos al gobierno para la creación del hospital municipal y otros edificios.

Entre ambos escogieron los nombres de todas las calles. Pero con el tiempo, los gobernantes de la época se impusieron y los cambiaron por nombres de altos ejecutivos del gobierno, o como dice él, por nombres de sus amigos más íntimos. Entre estos: Piñero, Tizol, Tavares y Brumbaugh. Este último fue el primer secretario de educación de los Estados Unidos.

En el censo de 1940, los cinco hijos de doña Bely y don Ángel aparecen viviendo en la avenida Muñoz Rivera en Río Piedras, en casa de una hermana de doña Bely llamada María Victoria Fortuño Noguera. Imaginamos que con los hijos aún tan jóvenes, con una profesión tan exigente y con clínica de medicina en Santurce, don Ángel no podía solo hacerse cargo de ellos. Don Ángel vivió hasta los 86 años de edad.

En esta fotografía aparece doña Bely aún en sus tiempos de gloria. Quizás vestida para alguna fiesta o simplemente posando para una postal familiar, muy típicas en aquella época. La imagen es del libro de Osvaldo García titulado Fotografías para la historia de Puerto Rico 1844-1952. La tomó Rafael Colorado, uno de los pioneros y más distinguidos fotógrafos en San Juan.

Aunque el libro no ofrece mucha información sobre la fotografía en particular, al menos nos permite imaginar un Santurce y un Río Piedras muy diferentes a los que conocemos hoy día.  Tiempos en que se unían fortunas a través del matrimonio. Tiempos en que sobraban los espacios para conquistar y crear.  Tiempos en que los vagones de un ferrocarril aparte de llevarte a un nuevo destino, podía cambiar el rumbo y la economía de todo un país.

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Mapa original de la urbanización García Ubarri en Río Piedras, Puerto Rico
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El Tranvía de Ubarri corría siete millas y primariamente sirvió como transporte público entre San Juan y Río Piedras.